lunes, 20 de marzo de 2017

Poemas que son para mí - I

Soy quien dice
que si muere de repente
ha malgastado su vida,
pero todo sigue,
porque tiene tiempo todavía.

Quien sueña con el cielo
en vez de alzar la vista,
quien no lleva reloj
porque nunca tiene prisa,
nada llega
para quien nada espera,
nada ansía
aquel que nunca sueña.

La ambición es un señuelo:
anda corriendo tras ella
el mismo que la crea,
un juego del pañuelo
de eterna carrera
hasta hincar la rodilla al suelo,
haciendo hueco,
creando escuela.

Sabemos de rutinas
que ahuyentan al miedo,
de esperar pacientes,
de marcharnos lento,

¿qué habrá allí arriba
cuando mire al cielo?
primero la muerte
satisfacer sueños, luego.

No.

No, no, ¡no!

Yo quiero ser la ruina
de un pozo de deseos,
la eterna melodía,
el saber de marinero,
la concha y la espina
del mar y del desierto,
la cruz, la mezquita
y la fe del ateo.

No distingo entre recapitular
y empezar de cero,
las promesas no valen nada
son presentes de un luego.

Ten miedo,
sigue creciendo.

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