lunes, 24 de abril de 2017

Poemas que son para mí - VII.

Nos desentendemos de las heridas
con verdades a medias:
hacemos creer
que ya no duele el alma;
nos herimos con palabras,
con torpezas de un delirio
al que llamaríamos fortuna
si saliésemos de esta trampa:
somos la tierra no fértil
de la que brotará la nada.

Nada llegaremos a ser
si nada es
lo que siempre pasa:
nada es la palabra exacta
que transita en nuestras vidas,
ciegas de libertad,
impertérritas
ante una verdad heredada,
libertad:
sempiterna, alegórica
y mansa.

El libre albedrío es…
una falacia,
la parábola de un supuesto Dios
que años atrás fue inventada;
fermentamos su esencia,
acomplejados entre lápidas
que crecen vertiginosamente y
con verdadera fuerza,
haciendo dos caminos
por donde había una vereda.

Y se tiñe de gris esta estepa:
la que muchos transitan con ansia,
hallando finalmente el secreto
por el que ambicionan,
adoran
y aguardan;

por la invalidez de nuestra habla
y por lo grácil que es lo recóndito
se sustenta la gracia de quienes duermen
en que por fin,
por fin…
se callan.


sábado, 22 de abril de 2017

Poemas que son para todos - III

Sería sencillo observar la vida
desde las ventanas de la muerte,
donde la brisa no la sople el viento,
donde colme la pena y no cese,
siendo aves ignífugas no
encomendadas a las cenizas,
aprendiendo de esta forma
la consecuencia de los dogmas
y sus máximas intrínsecas.

Sería entendible el ritmo
del proceso del progreso,
pues al final del camino
toda pena germina en conocimiento,
nacimos como tapices en blanco,
síndrome vástago de la inopia,
mas acabamos mimetizados
con tristeza y parsimonia
entre la hegemonía del pensamiento único.

Adentrándonos lentamente al marasmo,
a pies juntillas y obedientes,
con las lecciones bien aprendidas,
inculcadas cuando éramos frágiles,
calcinando el ego, cortos de miras,
sublevados contra el tiempo,
dejando pasar la vida,
convirtiendo las horas en un júbilo exhausto,
haciendo las paces con todo,
dejando los recuerdos pasar de largo.

Qué pena que seamos la lluvia
y vayamos cayendo en caos,
no somos la mano que tiende la ayuda,
sino más bien la que emerge del barro,
creyendo que el avance consiste en eso,
en respirar cada vez de manera más abrupta
hasta imbuirnos en la trama de lo incierto.

Nunca sabremos qué fuerza empuja,
quien nos presta aliento,

pero por dónde guía un camino feliz
sino por la senda del desconcierto,
cuál es la fuerza motriz del que ignora
sino la tristeza en su más vano intento:
quizá la pena del agravio por un corazón quieto,
la furia de saber que no volverá al movimiento,

Nunca sabremos qué fuerza empuja,
quién nos presta el aliento,

y como las hojas de otoño y con diferente esfuerzo
nos vamos cayendo
en infinito goteo,
dejando las raíces al aire,
apreciando el sinsabor del momento,

así acaba la existencia:
dejándonos caer
como la paz en una tarde,
mordiendo la tierra de todos,
sangrando la soledad en silencio,

llegando a una tierra de nadie.

domingo, 16 de abril de 2017

Poemas que son para todos - II

Todas las luces se han desvanecido,
el paso de las horas se ha sometido al
castigo del polvo sobre el retrato viejo,
el espacio que nos rodea sólo es un
complemento que palabra tras palabra
continuamos corrompiendo,

los ideales se han escindido
entre las justas y las causas,
nadie lucha ya batallas propias,
pues se busca la sumisión
del pensamiento ajeno y la misericordia
ha pasado de hecho a vano recuerdo,

la justicia es una vara de medir extraña,
pues aquel que la alcanza siente poder
y no ganas de asentar las tablas
y tristemente igualdad es lo que tenemos
y equidad social lo que nos falta,
porque los primeros siempre serán primeros
y la pobreza mental
visitará
siempre
las mismas
casas.

Esconded bajo la alfombra los secretos,
que ya vuelve como siempre el verano
y destapa en su retorno las carencias
que florecen, como siempre, cada año.


sábado, 15 de abril de 2017

Poemas que son para mí - VI

Mostradme un mundo sumido
en la desgracia:
emergerá su verdadera cara,
la bondad es sólo el hábito
de la constancia mientras que
nunca
pase
nada.

Qué fácil es exigirle al viento
el porqué de la desdicha,
qué gentil es ofrecer consuelo,
qué irritante es la comprensión desamparada,
que ya hemos visto las orejas del lobo
y la intuición, ya lacra, ya tarda,
recluida en lo profundo,
con las taras que asoman
en gestos nerviosos
y en hoscas palabras,
por fin hizo gala
y se mostró más fina que nunca:
de saber morder el polvo
pasó a ser la humareda

que dejó tras de sí la calma.

martes, 11 de abril de 2017

Poemas que son para mí - V


Una habitación vacía
no sabrá domar la soledad,
no hará del silencio un acuerdo tácito
que se compagine con mi monológo interno,
sólo espero encontrarme
-entre las sombras del autismo-
y corroborar a mis adentros
que muerdo,
que sigo vivo.


miércoles, 5 de abril de 2017

Jurando bandera.

Ahora que hemos desafiado a la tristeza
y todos los lugares ya no son el mismo
y cada vez más pisadas escapan de la tierra seca,...
ahora, que hemos aprendido a no mirar a otro lado,
que somos, por fin, un perro sin amo que ladra su propio himno,
que toda ilusión primeriza no queda resuelta en mero espejismo,
ahora, que llegamos a recoger el fruto del árbol que nunca habría sido,



resulta que,
como la vela que envidia al humo porque escapa de ella,
hemos aprendido a adherirnos al suelo
por simple inherencia
y han pasado las horas y parte de nuestro cuerpo
quizá se haya evaporado,
pero el lento goteo de impotencia arribó al cúlmen
de la inercia y hoy
somos la base, el fortín, nuestra propia escuela,
pues hemos aprehendido una fuerza de la que
nunca nos dimos cuenta,
ese tipo de fortaleza que nadie te dicta despacio y con buena letra:
el guiño del secreto aciago,
lo infame del tiempo en su perpetuo holocausto.

Hoy son maestras las experiencias
que ayer fueron cadenas,
ayer fuimos esclavos
de lo que hoy llamamos camino,
mas seguimos siendo escenas de lo que ya consideramos extinto,
meros figurantes en el cauce del destino

y continúa girando la rueda
y voraz sigue siendo el tiempo
y seguimos nosotros a tientas
imaginando
lo que no estamos siendo.