sábado, 15 de abril de 2017

Poemas que son para mí - VI

Mostradme un mundo sumido
en la desgracia:
emergerá su verdadera cara,
la bondad es sólo el hábito
de la constancia mientras que
nunca
pase
nada.

Qué fácil es exigirle al viento
el porqué de la desdicha,
qué gentil es ofrecer consuelo,
qué irritante es la comprensión desamparada,
que ya hemos visto las orejas del lobo
y la intuición, ya lacra, ya tarda,
recluida en lo profundo,
con las taras que asoman
en gestos nerviosos
y en hoscas palabras,
por fin hizo gala
y se mostró más fina que nunca:
de saber morder el polvo
pasó a ser la humareda

que dejó tras de sí la calma.

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