lunes, 24 de abril de 2017

Poemas que son para mí - VII.

Nos desentendemos de las heridas
con verdades a medias:
hacemos creer
que ya no duele el alma;
nos herimos con palabras,
con torpezas de un delirio
al que llamaríamos fortuna
si saliésemos de esta trampa:
somos la tierra no fértil
de la que brotará la nada.

Nada llegaremos a ser
si nada es
lo que siempre pasa:
nada es la palabra exacta
que transita en nuestras vidas,
ciegas de libertad,
impertérritas
ante una verdad heredada,
libertad:
sempiterna, alegórica
y mansa.

El libre albedrío es…
una falacia,
la parábola de un supuesto Dios
que años atrás fue inventada;
fermentamos su esencia,
acomplejados entre lápidas
que crecen vertiginosamente y
con verdadera fuerza,
haciendo dos caminos
por donde había una vereda.

Y se tiñe de gris esta estepa:
la que muchos transitan con ansia,
hallando finalmente el secreto
por el que ambicionan,
adoran
y aguardan;

por la invalidez de nuestra habla
y por lo grácil que es lo recóndito
se sustenta la gracia de quienes duermen
en que por fin,
por fin…
se callan.


No hay comentarios:

Publicar un comentario